Los afiladores de Lavapiés

Autor de la foto: Gonzalo Trujillo

Lavapiés es un barrio diferente. Para empezar, porque no existe… pero si una pasa por alto la ficción administrativa y se pone curiosona puede encontrar  por sus calles artesanía urbana de la Guerrilla del Ganchillo, un infinito con libros para niños y hasta una playa en pleno Madrid. A este universo ecléctico se suma ahora El Afilador, un nuevo espacio en el número 28 de la calle Jesús y María donde los muebles experimentan su propia versión de Lluvia de estrellas. Tal cual.  Cristina Domínguez y Antonio F Cruces son capaces de convertir la cómoda de tu abuela en una pieza única. Hoy en El tiralíneas, este par de manitas nos cuentan cómo se lo montan. Cristina hace de portavoz:

Autor de la foto: Gonzalo Trujillo

• ¿Cómo es que a una actriz sevillana se le ocurre pasar de Rapsodia Barata a montarse El Afilador? 
• Todo el tiempo que llevo en Madrid (más de dos años) he estado dedicándome a actuar y a formarme. Pero esta es una profesión inestable, los actores que salen en la televisión no nos representan, son menos de un 10% del total de los actores españoles. Lo normal es que un actor corriente tenga un segundo trabajo, que es el que realmente le mantiene. Y aquí entra en juego esta aventura. Mi socio, Antonio, me propuso a final del verano de 2013 que hiciéramos algo juntos. Yo necesitaba un cambio de aire, oxigenarme, y aunque por nada del mundo abandono la faceta farandulera… ¡dije SÍ! 
• Justo estos días, cumplís el primer mes desde la apertura. ¿Cómo valoráis el comienzo de la aventura? ¿Deja espacio Madrid a los emprendedores? 
• El primer mes ha sido increíble. Estamos vendiendo, recibimos muchísimos encargos y la gente no para de pararse, mirar, entrar, preguntar… Todo el mundo nos felicita por “lo bonita que tenéis la tienda”. No podemos hacer más que un balance muy positivo de nuestra apertura. Madrid y, en concreto, el barrio de Lavapiés nos ha acogido con los brazos abiertos… Otra cosa son las trabas que la burocracia administrativa te pone en el camino. Parece que hay ayudas, y las hay, pero tienen mucha letra pequeña.
  

  Autor de la foto: Gonzalo Trujillo

• ¿Por qué escogísteis Lavapiés para «poner el nido»? ¿Os habéis planteado otras opciones para la venta como poner un stand en El Mercado de Motores? Veo en vuestra web que pronto habrá tienda online. 
• Nos gustaba Lavapiés porque también es nuestro barrio. Pero, sobre todo, porque tiene ese resquicio de barrio artesano. Por nuestros precios y por nuestra filosofía, queríamos estar aquí. Es el que concuerda con nuestra manera de hacer y vender. De momento no nos planteamos tener un stand en los mercados, aunque los visitamos constantemente. Y en cuanto a la tienda online, estamos pendientes de cerrar tarifas de envíos, que con muebles no es tan sencillo.
• El cliente llega, ve, compra y disfruta en casa de su pieza. Esa es la idea, pero sólo vosotros sabéis el tiempo de trabajo que lleva cada mueble. ¿Cuesta despedirse? 
• Es obvio que nos alegramos mucho de cada venta. Pero sí es cierto que con cada mueble establecemos una relación muy personal, así que cuando alguien lo compra es como si se llevasen una parte tuya. Tampoco es cuestión de ponerse sentimental, aunque sí te vienen imágenes a la cabeza de cuándo y cómo lo encontramos. La gente suele concebirlo también de manera especial. Estamos muy contentos con nuestros clientes.
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  Autor de la foto: Gonzalo Trujillo

  El Afilador tiene piezas muy retro que se reinventan con un toque moderno. Es imposible que no haya alguna que te seduzca. Yo me quedo con el baúl Karina o la silla Piñón. ¿Cuáles son tus ‘niñas mimadas’? 

• Vaya, ¡te has fijado en dos piezas que se han vendido rapidísimo! La joya de la corona podemos decir que es la radio de los años 60. Está restaurada, conserva el altavoz original y El Afilador la ha dotado de un sistema bluetooh y un amplificador. Puedes conectar todo lo que se te ocurra y escuchar música en ese mueble tan peculiar. También me gusta mucho la mesilla Avalon, la silla África (que ya se vendió) y la silla Bámbola.
• Vuestra tienda tiene también una página de Facebook muy cuidada, con fotos de las novedades, de los productos vendidos y de algunos momentos de la restauración. ¿Para qué os sirven las redes sociales? ¿Os llegan clientes que os han visto en FB? 
• No voy a ser yo quien te hable de las ventajas de las redes sociales, pero es impresionante el poder que tiene el boca a boca y la comunicación social en este sentido. Yo soy la community manager de mi negocio,  porque no me queda otra. Estamos empezando y a mí me gusta cuidar las redes sociales, pero tiene mucho curro, la verdad. ¡Ojalá pudiera hacerlo un profesional!. Cuando abrimos la tienda, teníamos más de 300 “me gusta” en nuestra fan page y después de la inauguración, más de 600. Cada día subimos un par de fotos, esto sirve para que los clientes nos comenten cosas, para que la gente nos pregunte y para que también se acerquen a la tienda. Hasta ha llegado a venir una chica que quería una funda de cojín en concreto que vio en Instagram. Es como venir con una lista de la compra, aunque nuestros artículos son exclusivos. Si los ves hoy, puede que no estén mañana.
• En esta página hacéis un llamamiento para que la gente os done sus muebles. ¿Qué peso tiene el reciclaje en vuestro modelo de negocio?
• Este anuncio lo pusimos antes de abrir la tienda. Para nosotros es fundamental que nuestro círculo esté alerta. Constantemente nos dicen dónde hay un mueble que nadie quiere o que Fulano quiere deshacerse de uno. Nosotros vamos volando a recogerlo. De esta manera todos salimos ganando. Es una manera de reciclar, de darle valor a algo que para otra persona es inservible. Antes de tirarlo a la basura hay toda una lista de cosas que tienes que hacer con un mueble. Ahí entramos en acción. ¡Aquí no se desperdicia nada!
• ¿Qué otras tiendas le gustan a los afiladores? ¿En qué os inspiráis? 
• Hay muchas tiendas que nos gustan y no solo de decoración y hogar. Hay una tienda maravillosa en Malasaña que se llama Contigo alla fine del mondo (C/Divino Pastor 16), que tiene millones de artículos que son una pasada. Por allí también nos fascina otra que, por el contrario, solo tiene una cosa: zapatillas, pero muy exclusivas. Es Si vas descalzo (C/Churruca 5). Otras como La Integral o Wonderland por Antón Martín son también especiales.
• Cada uno de vuestros muebles va acompañado de una partida de (re)nacimiento, ¿qué es y por qué decidisteis incluirlas en vuestro proyecto? 
• Desde el principio lo tuvimos claro. Cada mueble es algo parecido a un “hijo” para nosotros. Decidimos que sería especial que cada uno llevara una tarjeta con información. En ella estaría bien hablar de su historia, de dónde viene, etc.  En la partida de (re)nacimiento hablamos de qué era antes ese mueble, de la fecha en la que empieza su segunda vida, ponemos el nombre de quien lo adopta y la entregamos con la mejor la nuestras sonrisas. Es una parte del proceso que a todos les encanta.
• Para terminar, dale a los lectores buenas razones para escoger El Afilador y dejarse de tanta visita a Ikea.
• Vivimos de alquiler, algunos con la familia, solos, en pareja, con compañeros de piso. Pero ¿acaso no tienes derecho a tener una casa bonita? En El Afilador te damos la oportunidad de tener muebles exclusivos y únicos (tu silla no la tendrá nadie más). Es una manera de diferenciarte y no caer en la producción en serie. Es una manera de darle uso a cosas que ya existen y evitar que vayan al vertedero. Es reciclar y es pagar un precio razonable por un mueble. Además tienen nombres que entiendes y ¡no tienes que montarlos tú! Jajaja.

Si después de leer esto os apetece daros un garbeo por El Afilador, lo tenéis fácil. Abren de 10.30 a 14.00 y de 17.00 a 20.30, de lunes a viernes. Los sábados, de 11.00 a 20.30. Aquí os dejo la ubicación en GoogleMaps.

Etiquetas: Antonio F. Cruces, Cristina Domínguez, decoración, El Afilador, Gonzalo Trujillo, Lavapiés, Madrid, muebles, partida de (re)nacimiento, reciclaje